miércoles, 24 de agosto de 2011

Se necesita 'community manager'


Especialistas en Twitter y Facebook difunden y cuidan la imagen de las marcas y los famosos - El horario es ilimitado y el sueldo, a negociar


La
community manager
del barrio era mi peluquera. Nos ponía al día, convocaba fiestas y siempre tenía las últimas revistas de moda para informarnos de las tendencias". Idaira Vega es la de Sony y de Heineken, entre otras empresas. La profesión crece, aunque pocos sepan en qué consiste. Vega es crítica: "Se ha creado una burbuja con el término, que lo hace ver como innovador, cuando siempre ha existido".

Sira Coll, community manager (CM) de varios sellos de Planeta, cree que "es la evolución de jefes de prensa y relaciones públicas, que gestionan los medios dentro y fuera de la Red y las redes sociales". Coll tiene "las mismas responsabilidades que antes de Facebook más la gestión de la reputación en Internet de los sellos". Aclara que "solo las empresas grandes pueden tener responsable de medios y CM por separado".


Ni la Asociación Española de Responsables de Comunidades Online (AERCO) tiene clara su definición. "No es tarea sencilla", explica en su web, para añadir que es la "persona encargada y/o responsable de sostener, acrecentar y defender las relaciones de la empresa con sus clientes en el ámbito digital". Vega tenía en parte razón: siempre ha existido.

Deusto anuncia sus cursos sobre este trabajo como el más solicitado. "Más que esta figura profesional, la relevancia la tiene el auge de los medios sociales. Suponen un cambio en la forma en que empresas y clientes interactúan con el mundo", dice Juan Ignacio Martínez, director de formación de AERCO.

Desde hace tres años Xavi Menós ejerce de CM en la norteamericana Nexus Management Group, responsable, por ejemplo, de la reputación de Shakira. "Para entender Internet hay que pasarse horas ante el ordenador. Por mucho que se estudie, uno tiene que haber leído muchos tweets y estados de Facebook y haber escrito cientos de entradas en blogs para saber el alcance de todo eso".


Pese a su opinión, crece la oferta de estudios. La mayoría, cursillos online o presenciales de corta duración, aunque la Universidad de Barcelona ya tiene el primer posgrado oficial. Martínez cree que el CM "necesita formarse" y le parece "genial ver cómo las universidades cierran la brecha con las empresas. Solo las organizaciones flexibles reaccionan con la premura suficiente para cubrir la demanda".


"Ahora no estudiaría un curso de CM", insiste Menós. "Lo haría de fotografía, diseño o vídeo. Para este trabajo solo hay que saber escribir, saber un poco de lenguaje HTML y sistemas de creación de contenidos. Nunca hubiera llegado a serlo sin mi formación universitaria en TV".

La agencia Equipo Singular ofrece trabajo: "Un/a CM que realice el mantenimiento diario de Facebook, Tuenti, Twitter... ofreciendo una rápida respuesta a las consultas; elabore los planes de acciones para la cuenta; lleve a cabo el seguimiento en prensa; seleccione los medios para cada acción y cliente...". Ni horario ni salario. "No hay un sueldo orientativo. Va en función del tamaño de la empresa", dice Martínez.

Los clientes están en la Red las 24 horas. Vega trabaja "desde cualquier esquina, acera, bar..." y solo necesita "batería en el portátil o móvil y conexión a Internet". A Coll y Menós les pasa lo mismo. Para el puesto de Equipo Singular, hay que "ser licenciado en comunicación, tener experiencia, saber de estrategia y estar habituado a trabajar con redes sociales". El perfil de Vega, Coll y Menós: los tres con licenciaturas en Comunicación y experiencia previa dentro y fuera de la Red. Más de la mitad de los CM se han formado en comunicación o mercadotecnia, según Martínez.

Si las funciones son difusas, aún lo son más los beneficios para la empresa. Menós es contundente. "Pocos admiten que es difícil descubrir la efectividad de una campaña en las redes sociales", aunque reconoce que el éxito llega cuando el consumidor "se siente protagonista" y "entabla un diálogo real" con la marca.

En cualquier caso, "si decides estar en la Red, tienes que saber hacerlo", opina Coll. Habla de David Bisbal, que ha hecho un mal uso de las redes. "Yo le aconsejaría que se disculpara con un tweet; reconocer que no las sabe usar. Si fuera él, contrataría uncommunity manager". Y si lo tenía, que lo cambie. Cuanto antes.


Más demanda que oferta

La demanda de community managers se multiplicó por ocho durante el 2010, según los datos de Infojobs. En total, se contabilizaron 164 vacantes al cierre del año. "El porcentaje de ofertas es del 0,04% del total, pero es un perfil con muchas oportunidades de empleo", comenta Jordi Escalé, director de mercadotecnia del portal de empleo.


En su opinión, "si una compañía se preocupa por cuidar su reputación en la Red, necesita ese profesional para que, entre otras funciones, cree, gestione y dinamiza las comunidades de internautas. Al tratarse de un trabajo de reciente creación, hay pocos profesionales y resulta complicado cubrir la demanda".

Las que más los solicitan son "empresas con más de 200 trabajadores, que están en Madrid (54% de las vacantes) o en Barcelona (33%)", añade Escalé. En cuanto a sectores de actividad, la mayoría de demandas publicadas en Infojobs proviene de empresas dedicadas a la informática (19%), publicidad (9%) y las tecnologías de la información (6%).

Extraído de El País (María Trullas)

domingo, 21 de agosto de 2011

Te pago si no usas mi marca

El efecto antipublicitario de algunos famosos causa la ira de muchas firmas - Abercrombie & Fitch es la última en pedir a un programa que no use su ropa

Los últimos en padecerla han sido Abercrombie & Fitch. Los ejecutivos de la prestigiosa firma de ropa pusieron el grito en el cielo al conocer que su marca estaba siendo expuesta día sí y día también en el popular reality show Jersey Shore, de la cadena musical MTV. Su protagonista, Mike Sorrentino, es fan de sus creaciones. Abercrombie no se lo pensó dos veces y ofreció pagarle al elenco del programa para que no utilizara sus productos en pantalla.

Pero la poca gracia que les hace a las firmas que se les relacione con personalidades del mundillo de la televisión es igual en todo el mundo. El caso de la boda de Belén Esteban en 2008 es difícil de olvidar. A pesar de que al final explicó que se trataba de una supuesta serie de mal entendidos, lo cierto es que Esteban tocó a las puertas de firmas como Rosa Clará, Victorio y Lucchino y Pronovias para que le confeccionaran su vestido de novia, y recibió la negativa de las tres. Una tras otra.

Que la mona sigue siendo mona por mucho que se vista de seda es prácticamente un axioma en el mundo del prestigio, el glamour o la elegancia. Pero también en el de la publicidad. Lejos de lo que se pueda pensar, no siempre la propaganda gratuita es un buen regalo para los anunciantes. Al contrario: hay veces en que puede convertirse en una maldición.

Los organismos públicos tampoco se libran de la mala fama. Un caso que hizo arder las redes sociales fue el del Ministerio de Sanidad, que en diciembre se disculpó en Twitter por patrocinar una gala de Gran Hermano: "Sanidad informa de que un error de una empresa publicitaria provocó que apareciera patrocinando Gran Hermano. La empresa asume su error y pide perdón". Su presentadora, Mercedes Milá, se tomó las disculpas como una ofensa: "Si en Sanidad no quieren saber nada de Gran Hermano, nosotros tampoco", dijo la semana siguiente. "No quiero nada de Leire Pajín [su titular]. Nada".

Pero el caso también puede invertirse. A la empresa Ashley Madison, que facilita la vida a quien mantiene relaciones extramatrimoniales, le está resultando duro publicitarse en España. Tras el escándalo que produjo el inmenso cartel que colgó en la Gran Vía el mes pasado -en el que sugería que el príncipe Carlos, el Rey y Bill Clinton deberían haber utilizado sus servicios-, la compañía fracasó al negociar con el Atlético de Madrid para aparecer como patrocinadora en sus camisetas.

Tras la negativa colchonera, el Sevilla y el Rayo Vallecano se ofrecieron como voluntarios para ser patrocinados. Ashley Madison eligió a los andaluces y se encuentran en proceso de negociación.

Lindsay Lohan no podía quedar fuera de esta lista. Famosa por sus escándalos, la actriz también tiene a sus seguidores acostumbrados a sus interminables intentos de dejar de fumar. Hace un par de años, de hecho, sus apariciones en público masticando un chicle de nicotina de la marca Ariva hicieron suponer a medio mundo que LiLo era la nueva portavoz de la empresa, que no tardó en aclarar el malentendido. "Ariva no ha pagado a Lindsay para que les dé su apoyo publicitario", se vio obligado a declarar el representante de la actriz. "Ella simplemente utiliza sus chicles para intentar abandonar el mal hábito de fumar".

¿Pero son estas reacciones de las empresas fruto del horror real al ver su marca desprestigiada o se trata de una estrategia publicitaria encubierta? Un abogado de Los Ángeles explica en el diario The New York Times que si a Abercrombie & Fitch realmente le hubiera molestado que su marca apareciera relacionada con Jersey Shore, podría haber exigido a MTV que pixelara sus creaciones cuando aparecieran, tal y como hacen muchas firmas en algunosrealities de poca monta emitidos por la cadena en Estados Unidos.

Lo cierto es que resulta bastante lógico: si ofreces dinero a unos participantes de un programa de televisión líder de audiencia cuando está acabando el verano, y tu marca es citada en medios de comunicación de todo el mundo, te aseguras publicidad gratuita durante la totalidad del inicio del año escolar. En Abercrombie lo niegan: "Esta asociación es contraria a la naturaleza de nuestra marca y puede resultar molesta para muchos de nuestros seguidores".

Pero puede que se equivoquen. El miércoles, al día siguiente de que Internet publicara la noticia de la suculenta oferta de la marca a Sorrentino y compañía para mantenerse alejados de sus creaciones, las ventas de Abercrombie & Fitch bajaron un 10%.

Extraído de El País (Cecilia Hertrampf)

lunes, 8 de agosto de 2011

Madrid gastó en publicidad lo que Sevilla, Barcelona, Valencia, Málaga y Zaragoza juntas

  • Barcelona gastó la mitad que una Madrid enfrascada en los Juegos Olímpicos
  • El TC no observó la utilización de la publicidad por réditos electorales
  • No obstante, advierte de que puede haber un uso prolongado y encubierto
  • Critica el pago de comisiones a mediadores sin justificación
  • Denuncia que varios entes se solapen en campañas de promoción de la ciudad

El ayuntamiento de Madrid gastó 122 millones de euros en publicidad institucional entre los años 2005 y 2007, más de la mitad de los 215 millones de euros que gastaron en su conjunto las mayores entidades locales de España: Barcelona (61 millones), Valencia (7,8 millones), Sevilla (9,9 millones), Málaga (10 millones), Zaragoza (3,9 millones) y la propia Madrid.

Barcelona gastó así la mitad que una Madrid enfrascada en la reforma de la M-30 y los frustrados Juegos Olímpicos.

El Tribunal de Cuentas ha desglosado el gasto en publicidad de estas ciudades, 2.674 contratos en total en estos tres años, la mitad de menos de 12.000 euros, y ha lanzado una advertencia: "la publicidad y comunicacion institucional deben estar al estricto servicio de las necesidades e intereses de los ciudadanos".

El organismo pide al Gobierno que tome medidas dado el "relevante coste" en las arcas municipales de estos instrumentos. Además, recuerda que la publicidad institucional sólo puede un medio de información o educación para que los ciudadanos conozcan sus derechos y deberes sobre aspectos de interés general (sanidad, bienestar social) o sobre circunstancias que afecten a algunos servicios (cortes en transporte público).

Esto "no puede predicarse de alguno de los contratos analizados", advierte el organismo. Aunque en su estudio "no observó la específica utilización de la publicidad para alcanzar réditos electorales" a corto plazo, el Tribunal si advierte de que la propaganda encubierta mediante "periodos prolongados" puede inducir al ciudadano a una determinada opción política con independencia de que su punto culminante no se alcance en el periodo electoral.

Eventos deportivos y anuncios sin concurso público
Hay dos casos en los que estos ayuntamientos incumplieron la normativa básica que aplican tanto el Estado como las comunidades autónomas.

Por una parte, algunos contratos publicitarios se realizaron mediante procedimientos que no permitieron el concurso libre de empresas. Además, salvo Zaragoza, el resto de ayuntamientos contrató publicidad a través de agencias externas pese a contar con gabinetes de prensa propios.

Ello supuso el pago de comisiones "sin que en ninguno de los casos conste una justificación". Por ejemplo, Barcelona realizó un concurso en 2007 para elegir el Servicio de Mediación e Inserción de Publicidad en Micromedios "sin realizar un estudio previo" sobre su utilidad, actuación que supuso pagar un 7% en comisiones de mediación.

Por otra, el objetivo de algunos contratos era ajenos a la publicidad institucional, sirviendo en su caso como promoción de "eventos restringidos, normalmente deportivos", y de actos "patrocinados por el propio ayuntamiento".

El Tribunal de Cuentas denuncia el caso de Sevilla, donde la "ausencia de un canal único de gestión de las facturas" provoca un "alto riesgo de error" en los pagos derivados de las mismas". Aunque no detectó duplicidad en los pagos por publicidad, el organismo sí recibió por varias vías la documentación y las facturas que pidió para su estudio.

Extraído de El Mundo (Javier González)

Glosario

  • Comunicación corporativa: Conjunto de formas de expresión que presenta una organización. Prácticamente todos los actos cotidianos del comportamiento de una empresa son en última instancia actos comunicativos.
  • Cultura corporativa: Conjunto de presunciones y valores compartidos por la mayoría de los miembros de la organización. Estos valores son al mismo tiempo elementos de integración interna y de construcción social de la identidad corporativa. También son un factor clave para la adaptación a las realidades existentes fuera de la organización.
  • Identidad visual: Conjunto de signos que traducen gráficamente la esencia corporativa. Estos elementos están regulados por un código combinatorio que determina la forma y los usos del logotipo, del símbolo, de los colores corporativos y del identificador.
  • Marketing: Conjunto de actividades que dirigen el flujo de bienes y servicios del productor al consumidor. (Gorostegui).
  • Reputación: Podríamos definir la reputación como el resultado de la estimación de los distintos públicos que tienen una relación con la empresa. (UCM)
  • Responsabilidad Social Empresarial: El Conjunto de obligaciones y compromisos, legales y éticos que se derivan de los impactos que la actividad de las organizaciones producen en el ámbito social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos. (Universidad Antonio de Nebrija - Escuela de Negocios)